¿Como influye la conducta de los cuidadores en el comportamiento de los niños?

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Los comportamientos disruptivos durante la infancia como la agresión, la desobediencia entre otros, afectan de manera significativa diversas esferas de la vida. Están relacionados con dificultades en la interacción social, en el desempeño académico, con el desarrollo de alteraciones psicológicas durante la adolescencia la vida adulta e, incluso, se asocian con la conducta delictiva (Fischer et al., 2019; Hagan-Burke et al., 2011; Hodgings et al., 2013; Tremblay, 2004; Tremblay & Côté, 2019; Vitaro et al., 2005).

¿A qué se deben los comportamientos disruptivos de los niños?

Existen diversos factores comunes que influyen en la aparición y mantenimiento de los comportamientos disruptivos infantiles en general; no obstante, es indispensable que cada caso sea analizado de manera individual puesto que, si bien los principios del comportamiento aplican para todos los seres vivos, cada contexto tendrá sus propias particularidades. Atender la singularidad de cada caso es un paso inicial fundamental.

Uno de los factores son las personas que están al cuidado de las niñas y niños pues desempeñan un papel fundamental en el aprendizaje de conductas y en el desarrollo de habilidades en la infancia. Existe una amplia cantidad de literatura científica que muestra evidencia de la relación que existe entre el comportamiento de los niños y la conducta de las personas que están al cuidado de ellos (cuidadores) ya sean padres de familia, maestros u otros agentes de cuidado (e.g., Cuenca & Mendoza, 2017; Kochenderfer-Ladd & Pelletier, 2007; Machalicek et al., 2016; Mendoza & Pedroza, 2015; UnholzBowden et al., 2020; Vite & López, 2012).

Uno de los primeros estudios que muestran esta relación es el publicado por Thomas et al. (1968) en el Journal of Applied Behavior Analysis. En este estudio se entrenó a un maestro para que emitiera conductas de aprobación (e.g., elogios) y de no aprobación (e.g., reprimendas verbales) de manera sistemática a los niños de la clase. Los resultados mostraron que las conductas de aprobación por parte del maestro aumentaron la ocurrencia de comportamientos apropiados durante la clase. Así, los maestros pueden enseñar a sus alumnos a interactuar con otros, a respetar normas de convivencia y a desarrollar habilidades importantes que serán la base para acceder a nuevas oportunidades de aprendizaje.

El mismo principio opera dentro de una familia; los cuidadores pueden aumentar la probabilidad de que ocurran comportamientos socialmente deseables cuando son seguidos de reforzadores como los elogios. Por ejemplo, cuando se intenta que un niño pequeño comience a hablar, idealmente los papás reforzarán con atención y tal vez con risas y caricias cada vocalización que haga el bebé, por pequeña que sea. Esta respuesta de los padres ante los intentos del bebé aumenta la probabilidad de que éste vuelva a emitir dicha conducta, lo que favorecerá el repertorio verbal del niño.

Cuenca y Mendoza (2017) realizaron un estudio en el que ofrecieron a un grupo de padres de familia un entrenamiento conductual con la finalidad de modificar el comportamiento prosocial y agresivo de sus hijos. Los resultados mostraron que cuando los cuidadores modificaron su conducta ante los comportamientos de los niños, éstos aumentaron la emisión de conducta prosocial y disminuyeron la emisión de conducta agresiva. Algunas de las técnicas que aprendieron los padres fueron establecimiento de hábitos y límites, extinción, respuestas alternativas, consecuencias y seguimiento de instrucciones.

Cabe destacar que éstos son solo ejemplos y que cada procedimiento conductual involucra la aplicación sistemática de contingencias apropiadas a las particularidades de cada caso.

La familia es el espacio más importante de aprendizaje en los primeros años de vida de una persona y los cuidadores siempre tienen la posibilidad de enseñar a los niños los comportamientos que les ayudarán a desarrollar su autonomía y a tener buenas interacciones sociales.

Si tienes alguna duda o te interesa saber más sobre el tema o sobre alguno de los términos escríbenos a deacaparaallamexico@gmail.com

Referencias:
Cuenca, V. & Mendoza B. (2017). Comportamiento prosocial y agresivo en niños: tratamiento conductual dirigido a padres y profesores. Acta de Investigación Psicológica. (7) 2691-2703.

Fischer, A., Lehman, E., Miller, J., Houlihan, D., Yamashita, M., O’Neill, R., & Jenson, W. (2019). Integrating school psychology and applied behavior analysis: a proposed training model. Contemporary School Psychology,23 (1), 1-15.

Hagan-Burke, S., Kwok, O., Zou, Y., Johnson, C., Simmons, D., & Coyne, M. (2011). An examination of problem behaviors and reading outcomes in kindergarten students. The Journal of Special Education, 45(3), 131-148. https://doi: 10.1177/0022466909359425

Hodgings, S., Larm, P., Ellenbogen, M., Vitaro, F., & Tremblay, R. (2013). Teacher’s ratings of childhood behaviors predict adolescent and adult crime among 3016 males and females. The Canadian Journal of Psychiatry, 58(3), 143-150.

Kochenderfer-Ladd, B., & Pelletier, M. (2007). Teachers’ views and beliefs about bullying: Influences on classroom management strategies and students’ coping with peer victimization. Journal of School Psychology, 46, 431-453. doi:10.1016/j.jsp.2007.07.005

Machalicek, W., Lequia, J., Pinkelman, S., Knowles, C., Raulston, T., & Alreshee, F. (2016). Behavioral telehealth consultation with families of children with autism spectrum disorder. Behavioral Interventions, Machalicek, W., Lequia, J., Pinkelman, S., Knowles, C., Raulston, T., Davis, T., & Alresheed, F. (2016). Behavioral Telehealth Consultation with Families of Children with Autism Spectrum Disorder. Behavioral Interventions, (31)3, 223–250. doi:10.1002/bin.1450.

Mendoza, B. & Pedroza, F. (2015). Evaluación de un programa de intervención para disminuir el acoso escolar y la conducta disruptiva. Acta de Investigación Psicológica. (5)2, 1947-1959.

UnholzBowden, E., McComas, J., McMaster, K., Girtler, S., Kolb, R., &Shipchandle, A. (2020). Caregiver Training Via Telehealth on Behavioral Procedures: A Systematic Review. Journal of Behavioral Education. (29) 246–281.

Vite, A. & López, F. (2012). Función del reforzamiento no específico de conductas en el maltrato físico infantil. Revista Mexicana de Análisis de la Conducta, (38)2, 151-164.

Thomas, D., Becker, W., & Armstrong, M. (1968). Production and elimination of disruptive classroom behavior by systematically varying teacher’s behavior. Journal of Applied Behavior Analysis, 1(1), 35-45.

Tremblay, R. (2004). Decade of behavior distinguished lecture: development of physical aggression during infancy. Infant Mental Health Journal, 25(5), 399-407. https://doi: 10.1002/imhj.20015

Tremblay, R., & Côté, S. (2019). Sex differences in the development of physical aggression: An intergenerational perspective and implications for preventive interventions. Infant Mental Health Journal, 40, 129-140. https://doi: 10.1002/imhj.21760.

Vitaro, F., Tremblay, R., Brendgen, M., & Larose, S. (2005). Kindergarten disruptive behaviors, protective factors, and educational achievement by early adulthood. Journal of Educational psychology, 97(4), 617-629). https://doi: 10.1037/0022-0663.97.4.617

Por:
Nayeli Aréchiga
Felipe Reséndiz
Mirella Arredondo

Laboratorio de Análisis Conductual
Centro Universitario del Sur
Universidad de Guadalajara

La información presentada en este texto corresponde a información general basada en la evidencia científica, pero que por ningún motivo sustituye la evaluación directa. Para un tratamiento apropiado es indispensable conocer las particularidades de cada caso.

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