Día de la Tierra: el nacimiento de la Marcha por la Ciencia

Día de la Tierra: el nacimiento de la Marcha por la Ciencia 1

En la vida no hay que temer , hay que comprender . Es hora de comprender para tener menos
Marie Curie

La historia es sencilla . En 2017 , Donald Trump ordenó la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París contra el cambio climático. Además sus declaraciones despectivas acerca de la práctica científica fueron el inicio del temor de la comunidad encargada en generar CyT .¿ Temor a qué? El futuro de la ciencia americana corría peligro . Las decisiones en esta materia correspondían a alguien con una mentalidad totalmente alejada de estos parámetros . Y La política científica, aunque se opine lo contrario , determina los alcances y límites de la gestión, organización y desarrollo del conocimiento , por lo menos visto institucionalmente. Y aquí el futuro pende de la inversión , la cual se decide en el clase política. ¿ Cuál fue la consecuencia de estas acciones y opiniones anticientíficas? Uno solo y a la vez de nivel global : La Marcha por la Ciencia . Un movimiento que en tan solo unos días rompió las barreras geográficas y llegó a distintos países de América Latina y de otros puntos del planeta .

De acuerdo con Scidev, plataforma digital especializada en periodismo científico, la región de América Latina y el Caribe aportó el 10% de los eventos realizados en el marco de esta manifestación global . 60 ciudades de estas zonas geográficas estuvieron presentes . Y en términos generales e internacionales , se sumaron alrededor de 610 ciudades de todo el mundo . “Siempre han existido científicos que se manifiestan, pero esto es masivo. No es una defensa a nuestros privilegios. Es tomar conciencia de la importancia de la ciencia en todas las facetas de nuestras vidas y el planeta, y asumir nuestra responsabilidad ciudadana”, dijo a SciDev.Net Henriette Raventós, integrante del comité organizador de la marcha de Costa Rica”.

En el caso de México, por lo menos 14 ciudades se manifestaron mediante actividades científicas como ferias de experimentos , exposiciones y claro , la realización de la marcha . Recordando un poco el panorama , en Veracruz integrantes de la comunidad de CyT salieron de sus cubículos y laboratorios para vociferar esas frases que como cañones retumbaron algunas de las calles de la capital de estado . Ciencia par la vida , nunca para la guerra y sin ciencia no hay país “ fueron las más utilizadas ese día , ahora ya tan lejano .

Covid y la defensa de la ciencia

En México , durante los últimos años de la administración de Enrique Peña Nieto se realizaron dos ediciones de Marcha por la Ciencia . Se pedía seguridad para los jóvenes becarios , mayor inversión en el recurso desde Conacyt y que se cumpliera una de las promesas de campaña : llegar al , por lo menos 1% del PIB destinado a ciencia y tecnología. Jamás ocurrió cambio alguno , mejoría. Pero las cosas parecían más alentadoras para algunos científicos que veían en María Elena Álvarez Buylla .el progreso social desde la ciencia . Sí, gran parte de los partidarios morenistas se perdieron en la falacia de falsa implicación: saber implica hacer . ¡Por fin una científica en la silla! Esta fue la más recurrente de las palabras leídas y escuchadas cuando Álvarez Buylla salió a relucir . Pero no hizo falta ni medio año de gestión al frente de Conacyt para que la comunidad científica se percatara que un golpe a la ciencia vendría , otra vez desde la esfera política .

Aunque parezca extraño y por más razones que se tenían para intensificar las acciones de una marcha por la ciencia , ese año no se organizó ni el más tenue y ocioso foro entre pares . La política científica mexicana entraría a una especie de involución , sumada a los pocos aportes que las administraciones pasadas habían tenido y sus respectivos puñetazos al conocimiento. El poco diálogo con la comunidad , la falta de estrategias firmes y definidas en cuanto inversión y sobre todo , la amenaza de una nueva ley de CyT centralista y que corta la libertad de Investigación y la autonomía de las universidades públicas dieron más luz a este respecto .

Por si no bastara , en medio de todo ese mar de incertidumbre para la ciencia, nos encontrábamos -y aún lo hacemos – en la crisis sanitaria más complicada de los últimos años . El panorama desalentador para la educación inclusiva , la economía familiar tenía como nodo el proceso de la investigación científica. La ciencia adquirió desde entonces el lugar que le correspondía: el reflector mediático. Pero no lo hacía por la novedad epistémica , sino por la actitud anticientífica de la clase política , esa misma que originó la movilización de 2017 . Todo lo que se vaticinaba en caso de no tener apoyo para las investigaciones se cumplió. Desde 2020 , la ciencia ha marcado el curso de la vida de toda la sociedad : atención médica, diseño de tecnología, la búsqueda de una vacuna que llegara con prontitud . La tierra , lo dejó ver la Covid-19 , necesita par seguir contando historias, una ciencia avanzada y para ello solo la inversión económica y financiera , la prioridad de los tomadores de decisiones y del sector privado lo puede lograr . Aún es necesaria una manifestación global como la ocurrida en la Marcha por la Ciencia , hoy más que nunca una actitud abierta a la discusión en la materia es un anhelo.

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