Caminando voy
Y sube el camino
Y se encresta como gallo
En su cumbre mi colina
Con un palo de moral.
Y ella veme descansar,
Tan campesino
donde llego con el sol
Y me oye – ¡Qué machete tan gastado! –
Que digo,
cansado a la soledad.
Acaricia el sombrero
Bajando en comparsa de luz,
De rayo,
En relampagados silbidos
Un viento del ayer.
Viejo viento
De espíritu heleno
En tonadas desde cielo
Con tu nube que vienes
De octubre y sus suradas
Abrazando el espacio
¡Escarbando al pecho!
¿Quizás llora? ¿Quizás celebra?
Algo avisa en tu zumbido un etéreo.
Nuevo ser, surdiendo.
Háblame un dios
¡Diosa, mejor!
¿Haremos los oídos de Hesíodo?
Te siembro una palabra
Tierra del vacío.
Nuevo ser por la poesía
Que rompiendo llevas
Con tu viento
los moldes de mi todo.
Abanico del palo de moral
Regálame el momento de tus versos.
Aire arador del reposo,
Coséchame fresco silencio.
¿Qué no amo sino este campo?
¿Qué no amo sino esta vida?
¡Oh! Prodigiosa contingencia,
Que como rosa me plantaste
el sentido de la tierra.