DE CARTAS DE UN PÁJARO/ carta nocturna desde el manicomio.
Qué insalvables distancias instala la indiferencia -No soy distancia, sino abismo- replica entre sus ecos una oscuridad por este pasillo abierta. El psiquiátrico es tenebroso en las noches. El aullido es la voz de la noche. Su voz es la materialización del miedo. Amigo N. , alrededor de mí, vestidos con sus trapos largos blancos algo le hacen a mi cuerpo los psiquiatras entre agujas y aparatos. Lentamente ya nada corpóreo siento. Nada importa esto, pues yo en verdad vivo dentro de mi pecho, pues, sé, este cuerpo, solo es un cascarón. Algún lugar dentro, soy un pájaro. Quizás también de ello ...