Soy un hombre que es neblina.
Soy Xalapa en tarde gris y húmeda.
Soy la soledad en las jacarandas del parque, solo, recordando;
extrañando a la que caminó conmigo atravesando esa misma bruma un día.
Cuando muera, no al barro volveré sino a la niebla que soy.
Al recuerdo que me conforma.
“Niebla eres y a la niebla volverás” me dice la verdad de mi tarde caminando triste por Los Lagos.
Las luces a lo lejos difuminan, El todo es húmedo.
Espíritu de melancolía vago por los parques
por las estrechas mojadas calles. Con mi ropa de fantasma,
e inasible,
cual nostalgia, beso lentamente
el rostro de abufandadas muchachas con mi gris verdad,
con el corazón mojado
con mi llanto enneblinado.