La muerte es necesaria para poder vivir

La muerte es necesaria para poder vivir

Yesli Lara

“Si quieres poder soportar la vida, debes estar dispuesto a aceptar la muerte».
Sigmund Freud

La vida y la muerte están ligadas, no podemos hablar de una sin la otra. Desde que somos niños »nos hablan» de la muerte. Normalmente se maneja el discurso de que la muerte es una calavera que se lleva a las personas, que las personas cuando mueren se van al cielo, o que quien muere solo es en cuerpo porque tendrá vida eterna. De alguna manera buscan que le podamos dar un simbolismo a aquello que no podemos ver pero está. Y cada familia y cultura tiene sus propios medios para poder darle una figura y representación a la muerte. En México, por ejemplo, se le hace ver a la muerte como alegre, torpe en calaveritas escritas, y cada año se hace el festejo del día de muertos donde se simboliza la llegada de los muertos que vienen a disfrutar su comida y estar con sus seres queridos. Esto muestra cómo el mexicano convirtió la angustia de la muerte a algo más llevadero por medio del recuerdo, del chiste y lo alegre (algo característico del mexicano).

Y así cada cultura le va dando su propio simbolismo. Pero la muerte solo cobra sentido cuando se vive de cerca. Ya sea que un familiar, amigo, pareja cercano muera o uno mismo. No es causalidad que nos encontramos tantos relatos de gente que le cambió la vida un accidente, una enfermedad, la muerte de su pareja, etcétera.

Aunque resulte paradójico la muerte es necesaria para poder tener presente la vida. ¿Cuántas veces hemos dejado de vivir pensando en que podemos hacerlo después? Y en ocasiones ese después no llega.

La muerte hay que tenerla presente como aquél recordatorio de lo finito, como impulso al deseo, a la vida, que movilice, que no frene, que no angustie.

Para Freud después de lo perdido cuando viene el duelo, el cual deja siempre en la subjetividad un hueco que puede tomar distintos destinos. Entonces que ese hueco sea para tomar un camino o destino diferente que puede ser: la vida.

Cuando hablan del suicidio en pláticas, conferencias, capacitaciones comienzan con cifras y terminan con cifras. Como si la vida humana se reduciera a una estadística. Cada vez más la muerte se banaliza de esa manera, pareciera que cada muerte es una cifra más. Y además el suicidio no solo nos habla solo de la muerte, también nos habla de vida y de este sentido o esto que te ata a la vida.

Tienen miedo hablar sobre la muerte porque hablar sobre ella implica cuestionarte por tu vida. Se está viviendo mientras se muere, también.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *