Por Eduardo Vázquez Reyes
Al periodismo mexicano le hace falta ciencia. Esta es una de las afirmaciones de la comunidad académica -epistémica- ante la deplorable intervención de algunos comunicadores (en su mayoría de medios nacionales y de amplio alcance ) en las conferencias de prensa acerca del estado de contingencia por Covid-19. Esta idea no está lejos de la verdad, pero sí es un tanto imprecisa. ¡Me explico!
Existe un fuerte grupo de comunicadores que cubren temas de toda índole, sin embargo con un fin única y exclusivamente “politizador” . Y no digo “político” porque esta última esfera se encuentra en muchos ámbitos del discurso y de la acción. Nuestro día a día está ineludiblemente inmerso en la política. La ciencia misma y la tecnología dependen, para su proceder, de una política científica correcta o más o menos correctamente estatuida. Así, gran parte de lo que podemos percibir socialmente hablando emana de un hecho político. Yo , por el contrario, me refiero a esa clase de periodismo que practica el llamado “golpeteo”, el marcar o inclinar la noticia hacia un objetivo controversial .
En este dominio o universo de discurso están quienes solo marcan tendencia , los que atacan a ciertos actores institucionales y además destacan aquellos que gastan su pluma y tiempo en llenar cuartillas de un color amarillo. Quizá alguien más logré ver otra subclase dentro de este gremio .
Muchas veces en este tipo de quehacer comunicativo se apuesta por la tergiversación de tesis o contextos , por la poca verificación de datos , por un nulo diálogo con la comunidad que es objeto de sus artículos y abordajes . En efecto , hacia esto apuntala la afirmación que da inicio a esta columna y que es argumentada por muchas personas .
Y si esto es así, entonces ¿por qué decir que la idea es imprecisa? Sencillamente porque tal y como está proferida y publicada en algunos sitios digitales resulta , dicho sea de paso, ser abierta , general . Y a la vez deja fuera a un sector importante ante hechos como la pandemia y cualquier tema de salud pública : al periodismo científico o de ciencia .
Decir algo como la afirmación que estamos describiendo es desconocer a un grupo importante de comunicadores , el cual desde hace tiempo busca un lugar en la agenda mediática de amplio alcance, en medios nacionales y oficiales y algunos cuantos de la provincia . Es , entonces, el periodista de ciencia el encargado de informar y también analizar los fenómenos que acaecen en el terreno de la ciencia y la tecnología. Debido al corte y la delimitación de su área de estudio usa criterios específicos y rigurosos para ofrecer productos viables para los públicos interesados en estos problemas .
Como objetivos no solo tiene a la ciencia y la tecnología, dicho de manera abstracta , sino también campos específicos: ambiental , robótica, salud , neurociencias, humanidades , entre otros más. Y no solo queda ahí, en el difundir conocimiento de instituciones o comunidades académicas y de investigación. ¡Va más allá de la nota informativa! El periodista de ciencia aporta al debate y a la discusión razonada desde otras herramientas, lo cual le permite tocar fibras sensibles en los derroteros de la política científica, económica, divulgativa y rendición de cuentas por parte de universidades e institutos. El campo es todavía abierto y los intereses de colegas son muy amplios . Lamentablemente aún no se puede decir lo mismo de los empresarios periodísticos o de muchos jefes de redacción o de los que firman los convenios con alcaldes , rectores y gobernadores . Esperemos dar ese salto , lanzar esa catapulta y no morir en el intento de la socialización , del acicate informativo , de lo dicho y lo no dicho, de hacer de la ciencia una conciencia.
¿Al periodismo le hace falta ciencia? Sí, en muchos casos, que no en todos. Pero más que nada lo que hace falta es invertir en un periodismo enfocado a estas temáticas , a brindar el apoyo a los trabajadores de la información para que tengan total apertura en las coberturas que son de incidencia social y humana . Hoy más que nunca esta es una verdad de perogrullo, lo sé, pero al final una real y apremiante necesidad en el panorama nacional y estatal. ¡Por Barba Negra!
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